Por: Diego Salazar 

Hace unas semanas, tras la elección de Lima como sede de los Juegos Panamericanos 2019, el congresista Daniel Abugattás volvió a poner en discusión la creación de un Ministerio del Deporte.

“El IPD tiene la gente, lo que no tiene es la autoridad”, señaló el parlamentario ante las voces que creen innecesaria la creación de un ente especial con miras a los Panamericanos que se jugarán en nuestra capital. Aclaró que si el Ejecutivo no toma la responsabilidad política el país se podría enfrentar al “papelón del siglo”.

Ya en el 2011, después de la creación del Ministerio de Cultura, el expresidente del Instituto Peruano del Deporte (IPD), Arturo Woodman, se convirtió en el primer impulsor de una propuesta a favor de un entidad rectora que garantice mejoras para el deporte nacional.

Woodman proponía encargar a un viceministerio, bajo la cartera de Cultura, para responsabilizarse de la reforma del deporte en el Perú: “El presupuesto no se elevaría porque actualmente existe un fondo para el IPD que se puede emplear”, argumentaba el ex titular del IPD.

Colombia: un caso de éxito

En los Juegos Olímpicos Londres 2012, Colombia registró la mayor cosecha en medallas en toda su historia con 8 preseas (1 oro, 3 plata y 4 bronce).

Este caso exitoso tiene quizá una explicación con referencia a las decisiones gubernamentales durante el 2011, cuando Instituto Colombiano del Deporte (Coldeportes) fue transformado a Departamento Administrativo a cargo del Ministerio de Cultura.

El Estado colombiano destinó 40.000 millones de pesos con miras a los JJOO 2012 y concentró sus esfuerzos en la preparación, pagos de entrenadores, participación en certámenes internacionales, ayudas médicas y psicológicas para elevar el nivel de sus atletas. ¿Será entonces necesaria la fundación de un ministerio deportivo con miras al 2019?