“Cuando se derrumban los valores, la familia, la autoridad y no existe respeto mutuo, se pierde la cultura”, afirma el doctor Johan Leuridan en un artículo de la revista Cultura de la USMP.
En el último medio siglo los Derechos Humanos ha llegado a ser el fundamento de las democracias actuales. Esta declaración creada en 1948 con el fin de recuperar la dignidad, nació en una cultura marcada por una defensa del individuo contra todas las «religiones seculares», como las llama Marcel Gauchet, del nazismo, fascismo y bolchevismo, consecuencias de la crisis del liberalismo.
La deconstrucción de la razón llevó al multiculturalismo y al individualismo de los derechos humanos y la impunidad. La proliferación de los nuevos derechos que dificultan gobernar resulta de la cultura moderna actual que para Peter Sloterdijk es bárbara, para Javier Gomá vulgar y para Marcel Guachet desencantadora.
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