Por Brian Monteza (@BrianMonteza)

“Tal vez me demore un poco más de lo normal y tengo que realizar un esfuerzo doble, pero igual lo lograré”, manifiesta Augusto Vásquez, deportista paralímpico que obtuvo la medalla de plata en el Mundial de Hungría de Fisiculturismo en el 2012.

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Hacerse valer por sí mismo, en un mundo donde a las personas con discapacidad se les ve de una manera distinta, es un desafío personal para este campeón que a diario lucha por cimentar su nombre en el físicoculturismo peruano.

Desde muy pequeño, específicamente a los dos años de edad, le diagnosticaron la poliomielitis, enfermedad que trajo como secuelas que no pudiera movilizarse con sus propias piernas. Sin embargo, ello no le impidió poder realizar deportes como la natación y el físiculturismo, ni criar a sus dos hijos sobre su silla de ruedas después de que su esposa falleciera víctima del cáncer.

Una vida llena de desafíos

Su etapa escolar fue algo complicada, pero eso no lo amilanó, sino que lo tomó como un desafío. Si alguien le dice que no puede hacer algo, él tratará de realizarlo porque le gustan los retos.

Augusto es el mayor de los tres hermanos de la familia Vásquez. Era el único que podía caminar, al menos con las muletas, pues sus otros dos hermanos también tienen discapacidad. Pese a no poder movilizarse, como los demás chicos de su edad, él jugaba fútbol en la calle.

Cuando le diagnosticaron la poliomielitis, sus padres le enseñaron que no debía rendirse nunca, porque quien se rinde antes de haberlo intentando ya está perdido.

(Podcast) Augusto “Pacho” Vásquez, un luchador con espíritu rebelde

La jungla de la adolescencia

Estudió la primaria en “La alegría del Señor”, un colegio para niños con discapacidad. Allí entendió que no era el único en su misma situación y que no debía limitarse con pensamientos pesimistas. Al iniciar la secundaria fue trasladado a un colegio regular, pero vivió miles de prejuicios durante su adolescencia sobre una silla de ruedas. Tuvo que hacerse respetar en esa «jungla» donde algunos adolescentes tratan como objetos a las personas con discapacidad.

‘Pacho’, como suelen llamarlo sus amigos, considera que las personas con discapacidad deben luchar el doble y que aquellas personas que no tienen discapacidad alguna no valoran lo que tienen y no se dan cuenta de eso.

Retroceder nunca, rendirse jamás

Augusto Vásquez se indigna al recordar las veces que intentó subirse a un bus y los choferes lo ignoraron rotundamente, pues ellos consideran que le hacen un favor a las personas con discapacidad. No soporta eso y su gran anhelo es que en nuestro país se pueda respetar también los derechos de las personas con algún impedimento físico. “Retroceder nunca, rendirse jamás”, es su frase preferida que busca inculcar a sus dos hijos y las personas que lo rodean.

Su carácter rebelde lo llevó a obtener grandes resultados en los diversos deportes. Se retiró a los 41 años de la natación, pues sentía que ya era necesario dejar de practicarlo porque “es un deporte muy sacrificado”.

Una vez ya retirado de la natación, se involucró por casualidad en el fisiculturismo, pues el dueño del gimnasio al cual acudía le propuso presentarse a una exhibición de físiculturismo y en un momento pensó que sería una locura. Le lanzaron un reto y se metió de lleno al deporte de los fierros.

Él no levanta las pesas con fuerza, sino con el corazón. Él es Augusto Vásquez y pasó la prueba de un campeón.

#LaPruebadeunCampeón es un documental transmedia de Aficionline.com que busca resaltar la superación de deportistas que ganaron la batalla a la discapacidad.

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PRODUCCIÓN TRANSMEDIA: 

Edición audiovisual: Ricardo Chicoma (@rchicoma99)

Entrevista en video: Mabel Romero (@mabessence)

Redacción Web: Brian Monteza (@BrianMonteza)

Asistente de producción: Joaquín Castañeda (@joaquinrenato)

Imagen interactiva: Mabel Romero (@mabessence) / Milagros Ccoto (@Milcew) / Martín Bellido (@_MartinBellido)

Podcast: Diego Espinoza (@DiegoEDP)

Cámaras: Milagros Ccoto (@Milcew) / Hugo Maguiña (@Hugo_14MP)

Gráfica y fotos: Alonso Mellado (@IAmSaba_96)